La periodista Laura Marajofsky venía hacía un tiempo escribiendo sobre gastronomía con bajada de género cuando el año pasado le salió un viaje a Córdoba. Ahí -y después en Rosario, Santa Fe-, se encontró con un mundo que intuía que existía y que la flasheó.
“Descubrí un circuito emergente, creativo y gastrocultural espectacular, floreciente, que pasa totalmente desapercibido acá en Capital, porque en general no tenemos idea de lo que pasa en el interior. Me encontré con bares increíbles, con propuestas interesantes en lo bebible y sobre todo con muchas mujeres del otro lado de la barra y me llamó mucho la atención”, cuenta. “Ese era el denominador común con lo que yo ya veía que estaba pasando acá. Lo que pasa es que una cosa es encontrarse con eso en capital, donde hay muchos más lugares y oportunidades y otra cosa es en el interior”.
Laura ya había escrito una nota sobre el tema para una revista, con la historia de varias referentes de Buenos Aires y del resto del país. Eso fue lo que la hizo arrancar con el proyecto que hoy tiene entre manos: una plataforma colaborativa que junte, visibilice y difunda el trabajo de las mujeres en las barras argentinas. Se trata del Mapa de Barmaids, que dentro de poco sale online.
“El mapa es importante por una cuestión de visibilización y registro, que no es menor, porque las mujeres siguen siendo una minoría en general en todas las ramas de la gastronomía”, explica Laura.
“El primer objetivo que tiene la plataforma es plantear qué, quién y dónde, mostrar quiénes son las chicas que están trabajando en el rubro bebidas”. No sólo en coctelería, también baristas, tea blenders, sommeliers, enólogas, cerveceras, destiladoras y dueñas de establecimientos.
(FOTO: ALVARO PICCA)
El trabajo detrás del mapa es bastante artesanal: hay un formulario online para llenar y con eso se arman fichas individuales que después se cargan en el mapa. Las marcas Campari y Bodegas Salentein, con su vino Callia, ayudaron a desarrollar la plataforma.
Hoy ya recibieron información de más de 100 mujeres en todas las especialidades, desde el norte del país a la Patagonia. Además, Laura tiene un blog, Drink Me, dedicado al tema.
Laura sueña con poder visibilizar también lo que ella llama “el lado B” de las barmaids. Es que la mayoría, cuenta, son bastante multifacéticas: “Tienen proyectos o iniciativas vinculadas a la gastronomía y no, tienen blogs (como Chicas Barra, de Pipi Yalour y Gise Jaime) , escriben libros, fusionan arte y coctelería y muchas están articulando sus propias redes y vínculos interbares, interbarmaids, etc.”.
Que las mujeres en las barras cada vez tienen más protagonismo no es nuevo: los últimos dos años el certamen de coctelería más importante del mundo, World Class, fue ganado por mujeres. En Argentina, a las chicas todavía les cuesta el doble. “No lo digo yo, lo dicen ellas, las protagonistas”, aclara Laura.
“Hay un prejuicio que obviamente se vive rebatiendo en los últimos años, pero siempre a la mujer del otro lado de la barra se la miraba como ‘a ver, qué vas a hacer, qué me vas a servir’, entonces las chicas tienen esta cosa de tener que demostrar que están ahí no porque son bonitas, porque salieron con tal, porque las pusieron por acomodo, sino porque la rompen, porque son talentosas, porque hacen bien su trabajo y porque son profesionales”.